Museo
El Cementerio Museo General “Presbítero Matías Maestro”, se inauguró en el año 1808, como medida para evitar la propagación de plagas y enfermedades, debido a los entierros realizados en iglesias. El panteón, es el primero de la ciudad y se considera el más hermoso de Latinoamérica, gracias a sus 766 mausoleos y 92 monumentos, elaborados con mármol, por los mejores artistas de aquel momento.
Pero, para algunos especialistas, el marcado sensualismo, y rasgos femeninos presentes en las esculturas del cementerio, se identifican como un trastorno llamado agalmatofilia, el sentir un amor de pareja, junto con atracción sexual por un objeto inerte, en especial, aquellos desnudos o dotados de sensualidad.
Según el semiotista, Director de Comunicación en SIC INVESTIGACION, Eduardo Yalán, estas esculturas fueron una “compañía” para la soledad que invade el cementerio, una forma de sustituir una vida, en este caso, un ser amado fallecido.
Rosa Noblecilla
El amor a lo inerte: Agalmatofilia en el Presbítero Maestro
Hermosas, distantes, frías, inertes, así se observa a las estatuas que adornan las calles del Cementerio Presbítero Maestro. Esta belleza, en la actualidad es evidencia de que en la Lima tradicional y pudorosa del siglo XIX y XX, existió un trastorno conocido como agalmatofilia o amor a las estatuas.

Eduardo Yalán, explica el fenómeno de la agalmatofilia en el cementerio como consecuencia de que las personas ignoraban la muerte; y por lo tanto, no valoraban la efimeridad humana. Esto los llevó a que al fallecer alguien cercano, sin saberlo, se aferren, pues “desentienden que la muerte es un hecho común”, aclara.
“Todo se hace para que el representado no muera, sino que viva en el recuerdo que se encuentra en las esculturas”, dice el semiólogo.
Algunas estatuas que representan el trastorno son: el ángel del Mausoleo Fernández Concha – Mávila, el ángel del Mausoleo de Manuel O. Tamayo y las esculturas en los Mausoleos de Ángela Salcedo de Puente y Baldomero Fernández Maldonado.
El Museo Cementerio Presbítero Matías Maestro, abre sus puertas al público dos veces al mes, en el recorrido nocturno “Noches de Luna Llena”. Compre sus entradas, y no pierda la oportunidad de comprobar por sí mismo, este extraño fenómeno en uno de los centros históricos más importantes de nuestra capital.

